Qué es el análisis de entornos complejos?
Hasta ahora, la gestión de organizaciones descansaba su éxito en un modelamiento mecánico de los procesos donde cada sección contribuía al éxito general a partir de la tarea específica y singular que cada unidad efectuaba.
Luego, se hizo más énfasis en el rol que cumplían los trabajadores/as de una organización como un componente vital que debía ser incentivado y motivado para alentar cada una de las actividades de la organización
Más adelante, el éxito de una organización descansó en la introducción de técnicas asociadas al management promoviendo el liderazgo como un factor detonante.
En la actualidad, se busca introducir una serie de principios evaluativos y evidenciadores de la gestión expresados en distintos modelos y sistemas de verificación organizacional.
Esto, porque cimentar el éxito de las organizaciones sólo desde sus procesos y actividades es un error.
Cada día con mayor frecuencia, factores que ya no están referidos directamente con el propósito, productos o fines de las organizaciones, han adquirido mayor importancia. Tienen más bien relación con las siguientes cuatro grandes categorías de factores:
1En primer lugar, la globalización ha provocado que la generación de bienes y servicios sea una competencia en tiempo real donde el éxito está aparejado con la oportunidad, celeridad y flexibilidad. Oportunidad para detectar localmente nuevas expectativas que los consumidores/clientes/beneficiarios transformarán en futuras demandas (ejemplo de Nokia). Celeridad porque hoy no siempre es útil “transportar” físicamente el producto; más bien “movilizo” la experiencia de su uso hasta el cliente (ejemplo de Spotify) . Flexibilidad porque lo que hasta ahora hace protagónica a una organización puede que mañana la vuelva obsoleta y obligue a nuevas formas de actuación (ejemplo de Transvip).
2En segundo lugar, el aumento de los canales y plataformas de información.
Hasta no hace mucho tiempo, los medios a través de los cuales los directivos y los equipos de apoyo estratégico se informaban del acontecer local, nacional e internacional eran la generación de información a través de sistemas contratados para recopilar antecedentes referidos a su “marca”, clipping noticioso o entrega de monitoreos sobre la opinión-percepción de los consumidores-clientes (encuestas, focus group, etc). Sin embargo, en la actualidad y con la explosión de redes sociales como una escala de información donde todos los usuarios consumen y generan contenido, el efecto esperado es, al mismo tiempo, un efecto provocado. En otras palabras, la capacidad de los directivos y sus organizaciones por captar, identificar, entender y procesar información se ve imposibilitada porque en el mismo instante en que alguien consume “esa” información se está generando nuevo contenido: la democratización de la información des-jerarquiza las relaciones verticales presentes en los manuales de comunicación estratégica.
3Un tercer aspecto concierne al incremento de una ciudadanía más sofisticada y empoderada. Con mayores niveles de educación, opinión crítica y acceso a fuentes de información diversa y plural la sociedad interpela de forma constante toda relación atribuida a un determinado tipo de poder: político, cultural, deportivo, económico, etc. En otras palabras, en la sociedad de las igualdades, derechos y garantías todo acto, acción o percepción de desigualdad, incumplimiento de deberes y/o abuso de poder se transforma en un objetivo público que requiere acción social movilizadora para revelar aquellas acciones catalogadas de injustas, dañinas y/o arbitrarias.
4Finalmente, el territorio surge como un espacio revalorizado a la hora de percibir el comportamiento de actores, intereses y organizaciones. Alentado por la emergencia de aquellos nuevos temas en los que descansa parte del quehacer cotidiano (como por ejemplo, el medioambiental), los asuntos públicos se vuelcan a procesar más intensamente los efectos, atributos, sinergias y acciones que las organizaciones provocan en su espacio territorial inmediato: éste incluye el hábitat físico, el quehacer de actividades económicas, la construcción cultural e identitaria, entre otras dimensiones que enriquecen la definición del territorio como un lugar de encuentro entre los objetivos de una organización y los intereses de otras instituciones/actores presentes en aquel ambiente concomitante.
Así, el Análisis de Entornos Complejos (AEC) es una técnica de análisis, procesamiento de datos, identificación de actores e intereses, así como la construcción de escenarios y proyección de sus efectos buscando generar información estratégica para la toma de decisiones directivas dirigida a la comprensión, actuación y respuesta a entornos que rodean a las organizaciones.
El AEC está construido en base a una secuencia de tres momentos rectores: Situación, Complejidad y Gestión.
Cada una de ellas integra diversos métodos y técnicas de análisis que permiten su combinación dinámica dependiendo del diagnóstico o el asunto de interés sobre el cual la organización o cliente requiera actuar.